blog,  Joyas unicas

Joyas con sentido: Anillos

Uno podría pensar que, como hago joyas, tengo un montón de joyería para usar y lucir ¡y es cierto! Durante años he ido adquiriendo una colección de joyas de todo tipo, joyas que me han regalado, que he comprado y que he creado. Nunca he sido una compradora impulsiva y, con el tiempo y el conocimiento del oficio, me he vuelto más cauta a la hora de elegir y comprar piezas de joyería, pero lo que realmente amo de mi colección es que todas las joyas tienen una historia y un recuerdo.

Estas tres bellezas de anillos que les mostraré son un ejemplo de ellos, los tres son diseñados y creados por mí y tienen una bella historia detrás.

Anillo gota de Rodocrosita

Esta Rodocrosita hermosa me la trajo mi hermano en una vista navideña cuando estaba estudiando en la UBA (Universidad de Buenos Aires). Me llegó un momento en que me estaba tomando una pausa larga de la joyería porque tenía otras cosas en que enfocarme, así que la tuve harto tiempo guardada.

Cuando por fin retomé la joyería habían pasado varios años y estaba super oxidada; tanto era así que me tuve que enseñar a mis manos a recordar todo lo que antes me había salido tan natural, (esto es como el deporte, si no entrenas luego tienes q ponerte al día). En ese tiempo hice muchas piezas-ejercicios, joyas pequeñas y sin mucha dificultad para practicar y volver a tener destrezas con las herramientas.

Este anillo fue la primera joya «grande» que hice cuando por fin me sentí preparada. Pasé mucho tiempo pensando en el diseño, en si quería un colgante, un anillo o unos aros asimétricos (mi hermano me regaló dos piedras, la otra es redonda y un poco más pequeña), al final me decidí por un anillo y este es el resultado (Mayo 2014).

Me encanta porque quedó hermoso, porque fue un regalo especial y porque el montón de horas tardé en hacerlo marcaron la vuelta al oficio.

Anillo mar de Apatito

Esta hermosísima Apatito azul con vetas la compré pensando en un anillo super power para alguna clienta anónima. Lo tuve en mi taller por mucho tiempo, de repente la sacaba y la miraba pensando que tenía la profundidad del océano y pensaba en que su dueña sería afortunada, pero no se me ocurría ningún diseño que le hiciera justicia.

¡Pero resulta que todo el tiempo esta piedra me estaba llamando a que creara una joya para mí!

Cuando hice este anillo hacía tiempo que no hacía algo para mí, hacía 5 meses que me había cambiado a mi primer taller fuera de casa y aún estaba en la vorágine de tener todo a punto, organizar las clases y talleres que pensaba dar y adaptándome a mis romies. La creación de este anillo, literalmente fue un respiro y una pausa de todo para darme un tiempo para mi misma.

Y aún ahora, cuando lo miro, me traslada a la tranquilidad del mar.

Anillo óvalo de Crisocola

Mi hermano es una persona super dedicada para hacer regalos y, cuando se fue de vacaciones a Máncora (norte del Perú), hace dos años me trajo esta belleza de Crisocola y me dijo «si quieres te haces algo para ti o algo para PuntoPausa», pero ¿cómo podría vender algo regalado con amor? ¡Así que puse manos a la obra y salió este anillo que me encanta!

Crear una joya con esta piedra fue una especie de desafío, llegó a mis manos en un momento en que usaba muy pocas joyas,: estaba trabajando full en el taller por lo que casi no usaba anillos para no dañarlos, había dejado de usar colgantes porque estaba super estresada y me molestaba tener cosas rosándome el cuello y solo usaba mis aros regalones. Entonces lo tomé con una señal de que debía preocuparme un poco más de mí y de mi autocuidado y tomarme un minuto para respirar y volver a usar cosas bonitas.

Esta es una joya pesada por que la piedra lo es, y también es alta lo que me dio la oportunidad de jugar un poco con el diseño del bisel. Pero es super, super cómodo, amo usarlo y me encanta como se ve en mi mano.

¿Tú tienes joyas con historias?

¡Gracias por leer!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *