blog,  cuarentena,  Proyecto Pausa

Inspiración en tiempos de virus

Hoy cumplo 4 meses de confinamiento en casa y de ver las estaciones pasar por mi ventana.

Lo último que hice antes de entrar en cuarentena, en marzo, fue comprarme bloqueador solar porque el que tenía se me había acabado y el sol me quemaba fuerte las piernas. Ahora paso los días cubierta de capas y capas de ropa y pegada a la estufa.

Mi escritorio está frente a la ventana y cada vez que levanto la vista veo los pequeños cambios que traen los días más fríos: el árbol de enfrente ha perdido las hojas, la cordillera está blanca de nieve y el cielo se vuelve cada vez más gris.

Los días pasan a un ritmo distinto cuando no tienes a donde ir. Pareciera que se hicieran más largos pero cada pequeña actividad toma horas y el sol se esconde en un parpadeo.

Esta fantasía del ritmo lento se aplica a todos los actos cotidianos y, por supuesto, también a mi trabajo: me toma mucho más tiempo realizar tareas que antes hacía sin pensar; y me di cuenta que mis diseños ―antes, durante la “normalidad” ―, también tenían esa cualidad de urgencia, de terminar rápido para que no se escape la siguiente idea, de trabajar apurada porque iba a comenzar la siguiente clase, de tomar fotos en un segundo porque había que actualizar las redes.

Colección «Cielos de Invierno»

Esa urgencia ahora ya no está ―ahora hay cierta incertidumbre y angustia, es verdad―, y este nuevo ritmo me permite recrearme en los procesos lentos y me recuerda lo mucho que amo y disfruto lo que hago. Los bocetos van a tardar un tiempo en saltar del papel a la joya porque aún pasará un tiempo antes de que pueda volver al taller ―y los más probable es que tenga que cambiarme de taller―, pero mientras boceteo y elijo las próximas piedras creo que las nuevas joyas tendrán más magia y más historia y también traerán cambio y esperanza.

Cuídense mucho y gracias por leer!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *